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Arquitectura

El casco de la hacienda era una casa señorial de dos plantas construidas a base de piedras y de cantera propia del lugar, en la parte superior hay un largo enrejado, balcones y una serie de arcos cegados. La finca es de una construcción muy solida con techos muy altos, habitaciones espaciosas y muros que miden metro y medio de espesor.

 

 La capilla del conjunto, hoy templo dedicado a la Purísima Concepción, patrona del pueblo, es un edificio único en su género, construido en cantera gris extraída de las canteras locales, es de sobriedad extraordinaria. No se sabe con precisión la fecha de construcción de este edificio, para algunos esta capilla fue edificada por Pedro Juan Olasagarre dueño de la hacienda de 1819 a 1839. Otros más tiene como teoría en que esta capilla fue construida en diferentes etapas e incluso, como es lógico pensar, hubo otras anteriores en el mismo lugar ya que el permiso para oficiar misa lo otorgo Fray Antonio Alcalde y Barriga en 1775 a Don Pedro Alvarez Canton, llegando a quedar tal y como la conocemos, hasta la década de 1870 con la familia Gallardo Riesch.  

La fecha probable de inicio de los trabajos de construcción del Teatro de Atequiza es 1875, concluyendo estos en 1886 como todavía se aprecia en si fachada. Por sus características, en particular sus techos, que no son costumbres localistas o regionales, pudo deberse al genio de Enrique de la Mora o a Lorenzo de la Hidalga.

 

 

El 14 de mayo de 1888 se inauguro el servicio del ferrocarril central Mexicana de la ciudad de México a Guadalajara. El periodista y poeta tapatío Manuel Caballero viajaba en el recorrido inaugural quien describió minuciosamente la partida de la capital del país hasta los festejos posteriores en la ciudad de Guadalajara; menciona su paso por Atequiza:

 

“… es primoroso, y pintoresco del paisaje que ofrece la hacienda de Atequiza, cuyos fértiles terrenos y soberbia finca llamaron la atención de los observadores. La vegetación en esos lugares es bastante tropical y sus campos se presentan el aspecto variado y hermoso de los de Michoacán en su tierra cálida”

En 1889 se construyo el tranvía que unía la estación con el casco principal de la hacienda, y que se utilizaba para transportar cantera cortada.

 

El tren siguió dando servicios de pasaje por la mañana y por la noche más o menos hasta 1998, cuando se privatiza la red ferroviaria.

 

La finca “Aloha” mejor conocida como “La Florida” nació en el siglo XX ya que fue construida por Joaquín Cuesta Gallardo para su esposa Antonia Moreno en el año 1900.

 

ón en esos lugares es bastante tropical y sus campos se presentan el aspecto variado y hermoso de los de Michoacán en su tierra cálida”

 

Esa majestuosa construcción se asemeja a las casonas que se levantaban las maravillosas compañías de Francia; contando con tres calzadas de acceso por la central se tendía una vía férrea para hacer llegar el vagón presidencial de Don Porfirio Díaz entre cipreses, limoneros, membrillos y majestuosas palmeras; en su entrada principal se encuentra una amplia escalinata semicircular; dentro del soberbio edificio era posible observar murales y pinturas que según algunos conocedores fueron obra de Murillo, grandes espejos franceses opacados por el paso del tiempo y por los avatares de sus último destino.

de Michoacán en su tierra cálida”

 

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