La fusión del náhuatl y coca dan origen a la palabra Atequiza. La definición más literal y exacta es “lugar donde se corta el agua”

 

Juan Urbina, teniente corregidor de los pueblos de Tetlán y Analco, fundó la hacienda de Atequiza en 1556 con una merced que le fue otorgada, la cual pasó a manos de Mariana de Casillas y Cabrera en 1600.

 

En 24 de noviembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo duerme en la Casa Grande de la hacienda, por eso la calle sobre la que esta su estrada principal se llama 24 de noviembre.

 

Después de la constitución de 1857, durante la guerra de Reforma (1858-1860) la hacienda de Atequiza y el pueblo de Atotonilquillo fueron testigos de una importante confrontación entre un grupo de liberales comandados por el ex gobernador de Jalisco, General Santos Degollado; y centralistas, dirigidos por el que hasta la fecha ha sido el presidente más joven que ha visto México, General Miguel Miramón. Quedo en la memoria esta batalla como un episodio de la guerra de Reforma, desarrollado el 14 de diciembre de 1858, en las inmediaciones de Atequiza. La retirada de Degollado hizo que se atribuyera el triunfo a Miramón, que tiene en los días sucesivos Guadalajara y Colima para los Conservadores. En ese día fungía como dueño de la hacienda de Atequiza Don Cástulo Gallardo.

 

Atequiza tuvo energía eléctrica desde que la familia Cuesta Gallardo la introdujo y genero en la misma hacienda en la década de 1880, desde entonces Atequiza fue autosuficiente en ese aspecto, hasta 1970 que Luis Echeverría gestiona la conexión con la CFE, por petición de José Luis Gómez, delegado de la localidad.

 

La familia Cuesta Gallardo dio un gran impulso a la hacienda de Atequiza: construyeron edificios emblemáticos como el Teatro. La Florida, el campanario de la iglesia y se mejoro la Casa Grande. Se modernizo el molino, se crearon obras hidráulicas; durante esta época, Atequiza vivió el mayor auge de su historia.