El fervor creciente a Santo Santiago, patrono de Ixtlahuacán de los Membrillos, y lo fantástico de cada uno de los sucesos en que le adjudicaban participación al Santo del caballo blanco: a continuación narraremos el papel a desempeñar en la época revolucionaria, aquella llamada “cristera”.

La sombra que embargaba a los habitantes de Ixtlahuacan, no era para menos, dada la situación prevaleciente en esa época aciaga, así que su estado de ánimo era inquietante, cada vez que llegaban a sus oídos los desmanes cometidos por los luchadores de la contienda armada, y cosa extraña Ixtlahuacan no fue molestado gran cosa, porque se decía con suma insistencia, que Santo Santiago se revolvía con los del bando que pretendía entrar al pueblo a cometer desmanes, y él les rogaba que a su pueblo no lo molestaran, porque era un pueblo muy pacifico que para nada se metía con nadie.

La fe obsesiva en su Santo Patrono, quizás, decían las gentes verle en las crines de la cola muchos huisapoles, lo que atestiguaba que noche a noche salía a cuidar a su pueblo, y la acción se repetía día a día, noche tras noche, y no obstante que a diario le quitaban huisapoles, siempre amanecía con nuevos. El Santito del caballo blanco, fiel guardián de su pueblo.

DEL LIBRO: 
IXTLAHUACÁN DE LOS MEMBRILLOS
AUTOR: Prof. Jose Gonzalez Orozco